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  • Pregunta: JACK Y LA CONTINUIDAD DE LA ATENCIÓN A Jack le dijeron que tenía presión arterial alta y colesterol alto cuando estaba en el ejército. Como las condiciones no le molestaban, Jack les prestó poca atención. Su trabajo no proporcionaba seguro médico, por lo que decidió arriesgarse en lugar de gastar su último dólar pagando un seguro a través de un intercambio.

    JACK Y LA CONTINUIDAD DE LA ATENCIÓN

    A Jack le dijeron que tenía presión arterial alta y colesterol alto cuando estaba en el ejército. Como las condiciones no le molestaban, Jack les prestó poca atención. Su trabajo no proporcionaba seguro médico, por lo que decidió arriesgarse en lugar de gastar su último dólar pagando un seguro a través de un intercambio. De todos modos, era fuerte y atlético. Con el paso de los años, Jack aumentó de peso, hizo menos ejercicio y desarrolló un “toque de diabetes”.

    Cuando la diabetes produjo síntomas, fue a la sala de emergencias, donde hicieron un buen trabajo al diagnosticar su problema y lo enviaron con una receta y algunas pastillas para comenzar. Las píldoras parecían ayudar, pero Jack no podía permitirse el lujo de surtir la receta o hacer un seguimiento con su “médico de familia” porque no tenía uno. Jack no entendía todos los términos que los médicos y las enfermeras usaban para describir su condición, pero sabía que era grave y que podía empeorar.

    No pasó mucho tiempo antes de que volviera a enfermar, así que esta vez buscó atención en un centro de salud comunitario. No calificó para Medicaid, pero el tratamiento fue asequible. Durante un par de meses, hizo un seguimiento y se sentía mejor, pero en la próxima visita programada, le dijeron: "Tienes que estar en el hospital, estás empeorando". Lo llevaron al hospital, donde lo ingresaron en el servicio universitario y lo asignaron a un joven residente que acababa de graduarse de una reconocida escuela de medicina. El residente revisó su condición, desarrolló un plan de tratamiento y le explicó a Jack lo que debía hacer. Ordenó una prueba cutánea de TB y recolectó esputo para detectar TB debido a la tos crónica de Jack. Desafortunadamente, antes de que se pudiera implementar el tratamiento, el residente cambió a otro servicio y el nuevo residente de Jack no pareció prestarle mucha atención.

    Jack decidió dejar el hospital en contra del consejo médico y no dejó ninguna dirección de reenvío. Su prueba cutánea de tuberculosis nunca se leyó. Cuando su cultivo de esputo positivo para TB volvió, el laboratorio alertó al departamento de salud local. Sin saber dónde vivía Jack, el departamento de salud no pudo hacer un seguimiento.

    Antes de irse, el hospital se aseguró de que Jack hubiera firmado todos los formularios para recibir los pagos de Medicaid por la hospitalización. Sin embargo, Jack no completó los formularios porque no planeaba recibir más atención médica. Eso cambió un día cuando el dolor era más de lo que podía soportar. Decidió probar en otra sala de emergencias. Esta vez, el lugar estaba muy concurrido y tuvo que esperar horas para ser atendido. Una vez que lo examinaron, los médicos y las enfermeras intentaron obtener información de él sobre su condición y tratamiento, pero Jack no pudo proporcionar mucha información útil.

    Le recetaron analgésicos y lo enviaron a casa. Le dijeron que hiciera un seguimiento con un médico en los próximos días. Para entonces ya era demasiado tarde. Una mañana, mientras se levantaba, la pierna izquierda de Jack estaba débil y entumecida y había perdido el habla. Luchó para llamar al 911. A pesar de que no podía hablar, el operador pudo enviar una ambulancia rastreando la ubicación de su teléfono. Los paramédicos corrieron a la casa de Jack y lo llevaron al hospital más cercano. Una vez más, los médicos de la sala de emergencias lo evaluaron, pero esta vez era demasiado tarde para ser de mucha ayuda. Jack ingresó por un derrame cerebral.

    Permaneció en el hospital durante una semana y mejoró un poco, pero necesitaba ayuda con las actividades de la vida diaria y solo podía hablar unas pocas palabras. El hospital pudo ubicarlo en un centro de rehabilitación porque Jack, ahora de 65 años, calificaba para recibir atención de enfermería especializada bajo Medicare. Fue trasladado a la instalación y recibió servicios intensivos de rehabilitación durante el mes siguiente, hasta que ya no mejoró. En ese momento, Jack ya no era elegible para recibir atención de enfermería especializada. Fue trasladado a un asilo de ancianos de Medicaid más cercano a sus únicos parientes. La nueva instalación tenía una gran cantidad de pacientes que necesitaban "cuidado de custodia". Proporcionó todos los servicios requeridos por la ley, pero Jack pronto se dio cuenta de que era solo otro paciente con derrame cerebral.

    Preguntas de discusión

    1. ¿Cómo ilustra este caso la falta de continuidad institucional?

    2. ¿Cómo ilustra este caso la falta de continuidad entre los sistemas de salud y de salud pública?

    3. ¿Cómo ilustra este caso la falta de continuidad financiera?

    4. ¿Qué papel juega la falta de información en este caso? ¿Cómo puede servir la tecnología de la información para reducir o eliminar estos lapsos de continuidad?

    5. ¿Qué fallas en la continuidad requieren otro tipo de intervenciones?

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    Esta es la mejor manera de resolver el problema.
    Solución

    1. ¿Cómo ilustra este caso la falta de continuidad institucional? Este es un claro caso de falta de continuidad institucional. Jack seguía cambiando de hospitales y centros médicos, pero debido a que los hospitales no estaban conectados o hablando en

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